Este fin de semana hice un ejercicio muy bueno. Creo que podríamos llamarlo de ejercicio de rescate, o sólo prueba de afectos reales.
Volver a lugares, volver a objetos, volver a personas. Esas que te dejaron mucho y llevaron de ti mucho. Volver a sensaciones, y quedarse estupefacto con el paso del tiempo. Ya sé, eso pasa siempre, pero son momentos que decís, wow fue hace mucho tiempo y éramos jóvenes y pensábamos diferente e ideábamos locuras mas sanas que las de ahora. Parece contradictorio, pero la locura de ahora implica demasiada responsabilidad y así es insalubre. La de aquél momento venía sumergida en ingenuidad pura.
Aquél día conmemoramos la libertad, aquél día nos reímos hasta doler los cachetes, aquél día conocimos más afectos reales. En el día de hoy nos reconocemos y eso basta.
