jueves, 26 de mayo de 2011

é... o amor de moda

Producto de una sóla tarde

El momento ideal para la locura. Sentimientos siempre dotados de pura adrenalina, la cabeza es el capitán pirata del viaje.
Viajaba buscando la isla perfecta. Él buscaba compañía. Ella, desacompañar.
No había mañana, la pura diversión era ese momento, ese ahora, tenía que comer el género, tenía que tragar un mar entero de sensaciones, esas desmedidas y que se terminaban al cerrar y abrir de ojos.
Él no tenía la edad correcta, pero el deseo furtivo. A veces le tomaba de pies a cabeza.
Decidió probar.
Llegó sin pretensiones, la chica... la chica... pura carne, en los ojos, la carne, en la garganta la sed, brillaba la boca, sacudían las ideas, se daría o no, se podrían no, qué hacer.... el calor, la magia de la aventura, de la inseguridad, de la ingenuidad cubierta por la cara angelical del propio demonio.
Las sabanas, el sol, piernas, manos, brazos, el olor una historia. Iba a terminar, iba a pasar, sus efectos se disiparían y volverían a ser tripulantes de barcos piratas desencontrados.
Pero la vida tiene su lobo malo. Algo salió mal. Se dejaron y se llevaron. .... Y se tienen.